Hoy, día Mundial de la Salud Mental, desde el Colegio de Trabajo Social de Granada, defendemos la salud mental como un derecho fundamental que las administraciones públicas deben garantizar. Desde nuestra práctica profesional en el ámbito sanitario, reivindicamos:
Acceso universal y ágil a los servicios de salud mental para todas las personas, sin distinción de género, origen, orientación sexual, situación socioeconómica o administrativa. Consideramos la salud mental un derecho y no un privilegio y, por ello, es esencial eliminar las barreras estructurales que dificultan este acceso.
Erradicación del estigma: Es crucial respetar la dignidad y autonomía de las personas, evitando que sean invisibilizadas o criminalizadas por su condición.
Atención a grupos vulnerables: Las mujeres, las personas racializadas, migrantes, refugiadas y la población gitana enfrentan una carga desproporcionada de estrés y traumas debido a la violencia estructural, el racismo y la discriminación. Las políticas de salud mental deben abordar estas intersecciones y ofrecer recursos culturalmente adaptados y con perspectiva de género.
Reclamamos políticas públicas inclusivas y un financiamiento adecuado para garantizar la creación y mejora de servicios, así como el aumento del número de profesionales en el ámbito de la salud mental.
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