Hoy, 17 de octubre, Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, es urgente reflexionar sobre las múltiples causas de la pobreza y la necesidad de transformar las estructuras sociales que crean y perpetúan las desigualdades. Esto implica cuestionar el sistema y el rol que, como trabajadoras sociales, podemos desempeñar en él. Es fundamental recordar que la lucha contra la pobreza está inseparablemente ligada a la lucha por la igualdad de derechos y la equidad de género, ya que las mujeres, una vez más, representamos el rostro de la pobreza, especialmente las mujeres mayores, las madres monomarentales y las mujeres migrantes. No habrá verdadera erradicación de la pobreza sin justicia racial y de género.