En ésta época las condiciones de vida y laborales están sometidas a fuertes presiones. Todos vivimos con altos niveles de exigencia cotidiana.
Se observa el incremento de las dolencias tanto físicas como psíquicas. Así vemos que la depresión puede decirse es el mal de esta época, ello hace que nuestra preocupación por los trabajadores de nuestras instituciones que se ocupan de problemática de sufrimiento humano se acentúe al verlos doblemente tocados tanto en sus vidas personales como en tanto receptores y cuidadores de otros.
Se hace por lo tanto imprescindible plantearse el despliegue de conocimientos yd e estrategias para la compresión de la situación y sus determinantes, para encarar las soluciones adecuadas. Es a partir de considerar a los operadores trabajo social como población de riesgo que nos proponemos. Apuntar a la prevención de salud específica para ellos. Para acercarnos a su mayor bienestar labora y personal y a partir de ello un beneficio para la población que ellos asisten, lo que redunda en eficacia de la gestión de institución en el logro de sus fines como tal.
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