

Un cayuco con más de cien personas a bordo ha volcado a su llegada a la isla de El Hierro. Hay menores entre las víctimas mortales. Hay familias que han perdido a sus seres queridos. Hay personas hospitalizadas tras sobrevivir a una travesía que nunca debió ser la única opción disponible.
Lo ocurrido no es una tragedia inevitable. Es el resultado de políticas que siguen priorizando el control de fronteras por encima de los derechos humanos. La ausencia de vías legales y seguras de acceso a Europa empuja a miles de personas a jugarse la vida en el mar. El Estado español y la Unión Europea no pueden seguir respondiendo con más blindajes, más externalización y más silencio.
Desde el Colegio Oficial de Trabajo Social de Granada insistimos en la necesidad urgente de un cambio de enfoque. La migración no puede seguir tratándose como una amenaza. Es una realidad social, humana y estructural que exige respuestas basadas en los derechos, la acogida y la garantía de condiciones de vida dignas.
Hoy, de nuevo, estamos ante una consecuencia dramática de un modelo de frontera inasumible desde una perspectiva de justicia social. Y como profesionales del trabajo social, no podemos ni vamos a dejar de denunciarlo.