

Hoy, hemos conocido el asesinato de una menor de 5 años por parte de la expareja de su madre. Se trata de un nuevo ejemplo de violencia machista con un fatal desenlace que, una vez más, nos pone ante la necesidad de ser tajantes denunciando esta realidad. Desde el Colegio Oficial de Trabajo Social de Granada nosotras decimos basta.
Decimos basta porque debemos estar y estamos en contra de la violencia vicaria y los asesinos machistas que instrumentalizan el dolor de los niños y niñas para hacer daño a las mujeres con las que en algún momento han compartido espacios. Porque tenemos un sistema patriarcal que perpetúa la subordinación de las mujeres y la utilización de los hijos e hijas como instrumento para hacer daño y control.
Como la realidad, por desgracia, sigue imponiéndose con estos sucesos, tenemos que revisar profundamente nuestros protocolos de protección. En este caso concreto, la mujer no había denunciado la violencia machista que llevaba meses sufriendo, lo que nos recuerda que la diligencia debida es una responsabilidad ineludible. Hay que estar incluso cuando no se nos llama para que el sistema no fracase.
Esto implica que dentro del aparato judicial, policial y de servicios sociales debemos remar en la misma dirección para que en la sociedad cale el mensaje de que la violencia machista y su variante vicaria ni tienen ni pueden tener cabida en la sociedad. Que los agresores sepan que no van a salirse con la suya y que las sentencias de corte machista y sin perspectiva de género van a dejar de existir en nuestro ordenamiento jurídico.
Necesitamos más recursos y no dejar solas a las víctimas. Ni a ellas ni a sus hijos e hijas porque, en casos como este, los agresores son capaces de instrumentalizar cualquier aspecto de la vida de su víctima para ejercer violencia sobre ella. Tenemos un compromiso social al que esta institución jamás va a renunciar: acabar con el patriarcado estructural que nos oprime.