El pasado fin de semana se celebró en Mollina (Málaga) el encuentro entre colegios profesionales de Trabajo Social de toda Andalucía en el que se produjo el cambio de presidencia del Consejo Andaluz. Dejamos de ostentarla las compañeras de Granada, que asumimos la secretaría, y pasó a manos de la de Córdoba.
El Consejo Andaluz de Colegios Profesionales de Trabajo Social es rotativo. Cada dos años, la presidencia pasa a manos de un colegio diferente, y en esta ocasión, después de dos años al frente, las trabajadoras sociales granadinas cedemos el relevo a las compañeras de Córdoba. El acto oficial de traspaso se realizó en la Asamblea General, el espacio donde cada colegio pone en común el rumbo del Consejo y se renueva su Junta de Gobierno.
Aprovechando el encuentro en Mollina, también nos reunimos para hacer comisiones de trabajo del Consejo Andaluz, un espacio fundamental donde trazamos las líneas de acción para este año. Trabajadoras sociales de toda Andalucía, responsables de áreas clave, pusimos sobre la mesa los retos en deontología, salud, emergencias, servicios sociales y dependencia. Un encuentro de análisis, planificación y compromiso, porque sabemos que las políticas públicas no avanzan solas: hay que empujarlas, exigirlas y construirlas desde el Trabajo Social.
Con la nueva Junta de Gobierno, con una hoja de ruta clara y con la convicción intacta, seguimos. Desde Granada, ahora con la secretaría, continuaremos aportando nuestra visión para que el Consejo Andaluz sea una voz firme en la defensa de los derechos sociales en nuestra tierra.
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