

En el Día Internacional de la educación, el Colegio Oficial de Trabajo Social de Granada quiere poner en valor la necesidad de articular políticas que pongan en el centro a los niños y niñas como ejes sobre los que ha de pivotar el futuro de nuestro planeta. Un futuro que pasa, inevitablemente, por garantizarles el derecho a la educación.
Según UNICEF, el problema del acceso a un aula no es tan sólo una cuestión económica, sino multifactorial. En el año 2024, la crisis climática también jugó un papel esencial a la hora de dejar en la estacada a millones de menores en todo el mundo. Inundaciones, incendios forestales o sequías dejaron sin pupitres a 242 millones de niños y niñas de 85 países. Sin ir más lejos, en España fuimos testigo de este problema, afortunadamente más subsanable que en países en vías de desarrollo, tras la DANA de Valencia.
En este contexto, no podemos ignorar que las crisis humanitarias están marcando a toda una generación. UNICEF prevé que para este 2025 más de 213 millones de niños y niñas estén atrapados en situaciones de emergencia humanitaria, desde conflictos armados hasta desplazamientos forzados. Este escenario no solo priva a la infancia de un derecho básico como la educación, sino que perpetúa ciclos de pobreza y desigualdad que serán difíciles de romper sin un compromiso global firme.
A ello se suma un dato alarmante: el 70% de los niños y niñas de 10 años en países de ingresos bajos y medios no pueden leer ni comprender un texto simple. Esto no es sólo una consecuencia de la pobreza, sino también de la falta de inversión sostenida en sistemas educativos que sean resilientes y accesibles.
Desde el Colegio Oficial de Trabajo Social de Granada hacemos un llamamiento a las instituciones, tanto locales como internacionales, para que redoblen sus esfuerzos en garantizar el derecho a la educación. No basta con promesas o declaraciones grandilocuentes: se necesitan políticas reales, presupuestos dignos y la voluntad de construir un futuro donde la educación deje de ser un privilegio y sea, de una vez por todas, un derecho inalienable.