Día Internacional de los Niños de la Calle: ¿y los adolescentes que el sistema expulsa?

Día Internacional de los Niños de la Calle: ¿y los adolescentes que el sistema expulsa?

Este 12 de abril, en el Día Internacional de los Niños de la Calle, desde el Colegio Oficial de Trabajo Social de Granada queremos poner el foco en una realidad que suele quedar fuera del debate público: la situación que padecen muchos adolescentes migrantes que llegan solos a nuestro país y que, tras años bajo la supuesta tutela del sistema, acaban siendo arrojados a la calle en cuanto cumplen la mayoría de edad.

Aunque en España no hablamos de “niños y niñas de la calle” en el mismo sentido que en otros países del mundo, no podemos ignorar la existencia de adolescentes que viven sin red, sin recursos y sin afectos. Adolescentes —según la Ley de Infancia y Adolescencia de Andalucía, de 12 a 18 años— a quienes se les ofrece un modelo de tutela que poco tiene que ver con el cuidado, y mucho con el control.

Un modelo que moldea sus expectativas de vida desde la norma, desde el expediente, desde lo administrativo, pero que rara vez les acompaña con vínculos afectivos sostenidos en el tiempo. Un sistema que decide por ellos, sin ellos. Y que, además, cuando alcanzan la mayoría de edad, no les ofrece un proceso natural de emancipación, sino una salida forzada, una expulsión pactada por ley.

Cumplir 18 años, para muchas y muchos de estos adolescentes, significa quedar en situación de calle. Se les retira la tutela, se les niega la documentación o el permiso de residencia, se les condena al desamparo. La respuesta del sistema a su mayoría de edad no es un tránsito hacia la vida adulta, sino un portazo.

Para justificarlo, se recurre a narrativas perversas. Se les describe como “conflictivos”, como “fallos” del sistema, como “casos problemáticos”. Se individualiza su sufrimiento para no hablar del abandono institucional. Se criminaliza su adolescencia para no asumir la responsabilidad colectiva de haberles fallado.

En definitiva: un sistema mediocre. Uno que tutela sin cuidar, que acompaña sin querer estar, que educa sin afecto y que expulsa en lugar de emancipar. Desde el trabajo social denunciamos esta hipocresía institucional y reivindicamos un cambio profundo que ponga en el centro a las y los adolescentes, con sus derechos, sus sueños y su dignidad.

En el Día Internacional de los Niños de la Calle, hablemos de los adolescentes que este sistema deja sin calle, sin casa y sin futuro.