El Colegio se opone a la publicación del libro en el que José Bretón confiesa su asesinato machista: no a la mercantilización de la violencia

El Colegio se opone a la publicación del libro en el que José Bretón confiesa su asesinato machista: no a la mercantilización de la violencia

La decisión judicial que permite la publicación del libro sobre el crimen machista de José Bretón es una muestra más de cómo la violencia vicaria se banaliza y se convierte en un producto de consumo. No entendemos cómo un juez y una editorial pueden dar cabida a un relato que narra el asesinato de dos niños a manos de su padre como una historia que se pueda comercializar, en contra, además, de la voluntad expresa de la madre de las víctimas.

Desde el Colegio Oficial de Trabajo Social de Granada denunciamos esta decisión y reivindicamos el derecho de las víctimas a no ser revictimizadas. La violencia vicaria es la manifestación más cruel de la violencia machista: matar a los hijos e hijas para causar el mayor dolor posible a sus madres. No hay justificación alguna para convertir ese horror en un libro que mercantiliza el sufrimiento. Es indignante que el sistema judicial y una editorial contribuyan a este proceso, en lugar de proteger la memoria de las víctimas y a quienes sobreviven a estos crímenes.

El testimonio de Ruth Ortiz, madre de los niños asesinados, es claro: ella pidió que este libro no se publicase jamás. Su negativa debería haber sido razón suficiente para impedirlo. Sin embargo, la decisión judicial ignora su voz y, con ella, la de todas las mujeres que han perdido a sus hijos por la violencia machista.

No podemos normalizar que el asesinato de niños a manos de sus padres se convierta en un tema de interés editorial, como si fuera una simple crónica negra o un thriller de ficción. No podemos permitir que el dolor de una madre sea utilizado como un gancho comercial. Nos posicionamos firmemente en contra de esta publicación y reclamamos un compromiso real para que las víctimas de la violencia vicaria no sean silenciadas ni utilizadas para beneficio económico de terceros.

La memoria de las víctimas merece respeto, y las madres que han sufrido esta forma extrema de violencia deben ser escuchadas. Exigimos que se ponga freno a la mercantilización del dolor y que la justicia deje de dar amparo a quienes buscan lucrarse con la tragedia ajena.