Resistencias populares que nos han llenado de esperanza este año

En un año cargado de desafíos, hemos visto cómo las resistencias colectivas nos han recordado que juntas somos capaces de transformar la realidad. Desde los barrios hasta las instituciones, pasando por los espacios de sororidad, 2024 ha sido un año para que la vergüenza cambie de bando y para que los derechos sociales sean defendidos con uñas y dientes.

1. El sindicato de inquilinas y los movimientos por la vivienda digna: En Granada, el movimiento Stop Desahucios y plataformas como Albayzín Habitable han demostrado que la organización vecinal sigue siendo clave para frenar la especulación inmobiliaria y garantizar el derecho a la vivienda.
2. Movilizaciones en defensa de la dependencia: Familias, trabajadoras sociales y colectivos ciudadanos han alzado la voz para exigir recursos suficientes y el cumplimiento efectivo de la Ley de Dependencia.
3. Luchas en los servicios sociales municipales: Las compañeras de los Servicios Sociales del Ayuntamiento de Granada protagonizaron movilizaciones para reclamar más profesionales estables y recursos públicos que garanticen un sistema accesible para todas.
4. El encierro de la Calle Mata: Una acción colectiva que obligó a abrir plazas para personas sin hogar, mostrando cómo la organización ciudadana puede cambiar políticas.
5. La defensa del trabajo social sanitario: Las jornadas de salud comunitaria desarrolladas en la Zona Norte y en el Albayzín sirvieron para destacar la importancia de los servicios sociales en la promoción de la salud y el bienestar colectivo.
6. El programa de radio de las compañeras de Purullena: Mes a mes, este espacio ha dado voz a las luchas sociales y visibilizado las necesidades de las comunidades rurales.
7. La iniciativa popular ‘Regularización Ya’: Un grito colectivo que exige la regularización para miles de migrantes, recordándonos que la solidaridad es el mejor antídoto contra la desigualdad.
8. El avance en los derechos de las trabajadoras del hogar: Asociaciones como Nosotras en Granada han luchado para que se reconozcan derechos laborales básicos y han logrado avances significativos en la reforma legal.
9. La acampada estudiantil por Palestina: Las jóvenes han demostrado que las nuevas generaciones están comprometidas con la justicia global, alzando la voz contra la ocupación y la violencia.
10. El papel de las mujeres en las resistencias colectivas: Desde los barrios hasta las plazas, somos la columna vertebral de los movimientos sociales, sosteniéndonos unas a otras para romper silencios y transformar realidades.
11. La defensa del colectivo LGTBIQ+: Este año, frente a los intentos por invisibilizar a las personas que le dan sentido al Q+, las resistencias colectivas han puesto pie en pared para que nadie sea menospreciado por su condición sexual.
12. La sororidad como motor de cambio: En cada lucha, las mujeres han demostrado que el cambio social llega cuando nos sostenemos juntas y nos organizamos para resistir.

El compromiso de nuestra profesión, como trabajadoras sociales, ha sido un pilar en estas resistencias. Porque defender los derechos sociales no es una opción, es una obligación ética y política.

Sigamos avanzando juntas en 2025. La lucha continúa.