Las desigualdades que persisten en el acceso de la mujer a la ciencia: reflexionamos en el día internacional

Las desigualdades que persisten en el acceso de la mujer a la ciencia: reflexionamos en el día internacional

En el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia desde el Colegio Oficial de Trabajo Social de Granada queremos poner en el foco las realidades precarias que persisten en este ámbito. Es crucial reflexionar sobre las desigualdades de género que siguen siendo la nota dominante en la ciencia. Estas desigualdades afectan el acceso y desarrollo de las mujeres en disciplinas históricamente dominadas por hombres, subrayando la necesidad de visibilizar a aquellas que han realizado aportes clave en la ciencia para inspirar a las nuevas generaciones.

A pesar de que las mujeres representan aproximadamente el 50% del personal en instituciones como el CSIC, su presencia disminuye notablemente en los niveles superiores de investigación. Solo el 27% de las Profesoras de Investigación son mujeres, evidenciando una brecha de género en las posiciones más altas de la carrera científica que se mantiene a lo largo del tiempo.

Esta disparidad también se refleja en la brecha salarial. En España, la diferencia salarial entre hombres y mujeres ha aumentado del 19% al 19,6% entre 2022 y 2023, lo que dificulta alcanzar la igualdad retributiva antes de 2042. En promedio, los hombres ganan 29.615 euros anuales, mientras que las mujeres reciben 24.758 euros.

Es fundamental reivindicar el papel del trabajo social y de las trabajadoras sociales en la investigación y diseño de intervenciones basadas en la evidencia. Nuestras aportaciones al conocimiento científico en áreas como derechos humanos, bienestar social o equidad de género son invaluables. Sin embargo, la falta de visibilización de nuestra labor, en parte debido a que es una profesión mayoritariamente femenina, limita el reconocimiento y la influencia que merecemos en el ámbito científico.

Para avanzar hacia una ciencia más inclusiva y equitativa, es esencial poner en marcha políticas que promuevan la igualdad de género y comprobar su eficacia para seguir mejorando. Además, es vital educar a las mujeres en la ciencia desde edades tempranas, sin obviar las diferencias de género que existen en la actualidad para que se tengan en cuenta y así se puedan abordar los problemas específicos a los que se enfrentan las mujeres en este ámbito.

Solo a través de un compromiso colectivo y sostenido podremos derribar las barreras que impiden a las mujeres alcanzar su pleno potencial en la ciencia y, al mismo tiempo, enriquecer el conocimiento científico con perspectivas diversas y experiencias únicas.