No, las personas migrantes no valen sólo por su fuerza de trabajo

No, las personas migrantes no valen sólo por su fuerza de trabajo

Ayer entró en vigor el nuevo reglamento de extranjería. Hoy, el discurso mayoritario en los medios y en muchos sectores políticos celebra que “por fin” se facilitará la regularización de las personas migrantes que “necesita” el mercado de trabajo. El mismo mercado que lleva años explotando, descartando y negando derechos básicos a miles de personas por no tener papeles. Ahora, de repente, se alaba su presencia porque hacen falta manos para recoger fruta, limpiar hoteles o cuidar a mayores.

Desde el Colegio Oficial de Trabajo Social de Granada no podemos dejar pasar esta deriva. Defender derechos no puede depender de la rentabilidad que alguien le saque a una vida. Las personas migrantes no valen sólo por lo que trabajan. No se puede seguir subordinando la dignidad de miles de personas a los vaivenes del PIB, las necesidades del empresariado o los intereses de una mayoría blanca.

El trabajo social defiende los derechos humanos, no la lógica utilitarista. Estamos a favor de una ley de extranjería justa y garantista, que respete la dignidad de todas las personas, independientemente de su origen o situación administrativa. No queremos leyes que regularicen a las personas sólo cuando hacen falta. Queremos políticas que reparen, que acojan, que reconozcan.

Las migraciones no son un problema. El problema es cómo las tratamos.