«No sé qué futuro tengo en España»: la precariedad de los jóvenes migrantes

«No sé qué futuro tengo en España»: la precariedad de los jóvenes migrantes

El Día Internacional del Migrante nos invita a reflexionar sobre las historias de quienes llegan a España buscando una oportunidad. Un artículo de la revista Agathos: atención sociosanitaria y bienestar, firmado por la trabajadora social Gema Ruiz Rodríguez, arroja luz sobre la vida de jóvenes migrantes que, a pesar de las adversidades, intentan construir un futuro desde los centros de acogida temporal en Níjar (Almería).

Estos jóvenes, en su mayoría hombres provenientes de África Occidental y el Magreb, se enfrentan a jornadas de trabajo irregular en el sector hortofrutícola. Sin contrato, sin derechos y con salarios que a menudo no se pagan, sobreviven atrapados en un ciclo de precariedad. Las condiciones laborales indignas no son el único problema. La falta de vivienda y las barreras burocráticas para acceder a formación o empleo legal completan un escenario desolador.

Testimonios que duelen

Los testimonios recogidos en el estudio de Ruiz son crudos:

  • «No puedo dormir, me duele el pecho y la cabeza de pensar en que termina mi estancia en el centro y no tengo donde ir después, es una pesadilla».
  • «Siento miedo por mi salud e impotencia y sufrimiento al no poder enviar dinero a mi familia, esta incertidumbre me deprime».
  • «No sé qué futuro tengo en España, tengo la sensación de no avanzar y no sentirme realizado me causa mucho nerviosismo».

Estas voces reflejan la incertidumbre que acompaña a quienes dependen de recursos temporales y limitados. Sin embargo, el estudio destaca el papel de los equipos de los centros de acogida, donde trabajadoras sociales, psicólogas y mediadores interculturales hacen lo posible por aliviar esta carga.

Soluciones sobre la mesa

Para la autora del artículo, la solución pasa por medidas estructurales y decididas. Ruiz propone:

  • Crear vías legales y rápidas para que los migrantes puedan solicitar asilo o visados humanitarios sin sufrir procesos interminables.
  • Fortalecer las agencias migratorias, dotándolas de recursos suficientes para una gestión eficiente y humana.
  • Combatir las redes de trata, tanto laboral como sexual, garantizando justicia para las víctimas y sanciones para los responsables.
  • Implementar una Renta Básica Universal, una medida que garantice techo, comida y ropa sin los requisitos estrictos que dificultan el acceso al Ingreso Mínimo Vital.

Mucho más que un recurso temporal

La temporalidad de los recursos actuales limita el impacto de las intervenciones. El Día Internacional del Migrante es un recordatorio de que estas soluciones parciales no bastan. Reconocer la dignidad y los derechos de quienes cruzan fronteras no solo es una cuestión de justicia, sino una responsabilidad que como sociedad no podemos esquivar.