

Desde el Colegio Oficial de Trabajo Social de Granada no dejaremos de expresar nuestro profundo dolor, rabia e indignación ante hechos como los ocurridos hoy en Bilbao. Una vez más, un hombre ha asesinado a su hija para hacer daño a su madre. Lo ha hecho porque pudo. Porque el sistema no la protegió. Porque seguimos sin llamar a las cosas por su nombre: esto no es un drama familiar, es violencia vicaria. Es terrorismo machista.
La violencia vicaria es una forma extrema y brutal de violencia contra las mujeres. Es estructural, no individual. No es un problema privado, sino una responsabilidad colectiva e institucional que nos interpela a todas. Por eso exigimos:
- Mayor reconocimiento y protección jurídica contra la violencia vicaria.
- Medidas de protección reales, eficaces y duraderas para las mujeres supervivientes de violencias machistas y sus criaturas, reconocidas también como víctimas directas.
- Recursos públicos suficientes, especializados, accesibles y permanentes.
- Una justicia que escuche, que crea, que proteja. Que no revictimice, que no culpabilice, que no llegue tarde.
- Responsabilidades por las negligencias, por no haber protegido. Porque esto era evitable.
Nos mantendremos firmes, unidas y organizadas. Porque frente a la violencia, no hay neutralidad posible. Porque el dolor de hoy se convierte en la lucha de siempre.