

Lo han vuelto a hacer. Israel ha interceptado en aguas internacionales una nueva misión de ayuda humanitaria con destino a Gaza. Esta vez ha sido un buque de la Flotilla de la Libertad, con 39 activistas a bordo de 15 nacionalidades distintas. Entre ellas, Greta Thunberg y el cooperante español Sergio Toribio. Personas desarmadas, que llevaban material médico y escolar para una población que sufre una masacre sin precedentes. Personas que han sido secuestradas, incomunicadas y deportadas por el simple hecho de tratar de romper un bloqueo inhumano.
Desde el Colegio Oficial de Trabajo Social de Granada no podemos ni queremos mirar hacia otro lado. Lo ocurrido es intolerable, pero no sorprende. Forma parte de un sistema de impunidad internacional que permite que Israel continúe con su campaña de exterminio contra la población palestina sin apenas consecuencias políticas. No hay excusas: lo que está ocurriendo en Gaza es un genocidio. Y lo que hace occidente al tolerarlo y normalizarlo es traicionar los valores más básicos de la humanidad.
Frente a esa traición, hay quien responde con dignidad. Hay quien pone su cuerpo, su tiempo y su vida para defender el derecho a existir de un pueblo que lleva más de siete décadas siendo expulsado, asediado y bombardeado. No se trata de un conflicto. Se trata de una colonización. Y en toda colonización hay quienes oprimen y quienes resisten.
Desde nuestro lugar como trabajadoras sociales, como profesionales comprometidas con los derechos humanos y como parte de una sociedad que quiere ser justa, no podemos quedarnos calladas. No podemos permitir que quienes ayudan sean tratados como criminales, mientras quienes bombardean hospitales y matan a miles de niñas y niños reciben armas y aplausos.
Hoy, más que nunca, nos duele Gaza. Nos duele la pasividad de nuestros gobiernos. Nos duelen los silencios cómodos. Pero también nos mueve la dignidad de quienes no se rinden. De quienes reman contra el genocidio con una lancha cargada de esperanza.
Nuestra profesión nos obliga a estar del lado de la vida. Y eso, hoy, es estar del lado de Palestina.