

El apagón generalizado que ayer afectó a toda la península ibérica no sólo dejó nuestras casas sin luz ni comunicaciones. También nos dejó una enseñanza valiosa: en momentos de crisis, lo que verdaderamente nos sostiene es el apoyo mutuo.
Cuando la tecnología falla, cuando las redes caen, queda lo esencial: la comunicación entre vecinos, el cuidado comunitario, la ayuda ofrecida sin esperar nada a cambio. Muchas personas, privadas de servicios básicos, encontraron en su comunidad la respuesta inmediata: alguien que preguntó si necesitaban algo, que compartió velas, que acompañó en la incertidumbre.
Desde el Colegio Oficial de Trabajo Social de Granada queremos poner en valor este sostén comunitario, que es la base invisible de cualquier sociedad justa y resiliente. El trabajo social no sólo actúa en la intervención profesional: también siembra, fortalece y alimenta estas redes de apoyo cotidiano que salvan vidas y construyen comunidad.
Cada gesto de solidaridad que vimos ayer nos recuerda que nos necesitamos unas a otras, que el bienestar no se sostiene de manera individual, sino colectivamente. Por eso, apostamos por seguir construyendo vínculos, reforzando la comunicación vecinal, fomentando espacios de apoyo mutuo y fortaleciendo nuestras redes sociales en el sentido más humano del término.
Porque, en definitiva, nos sostenemos juntas.