Un maltratador nunca será un buen padre

Un maltratador nunca será un buen padre

El reciente fallo del Juzgado de Instrucción número 4 de Granada, que otorga una medida cautelar para que el hijo pequeño de Juana Rivas permanezca en Granada, es un recordatorio contundente de una verdad que no debemos ignorar: un maltratador nunca será un buen padre. Esta decisión, aunque provisional, refuerza la necesidad de priorizar el bienestar y la seguridad de los menores ante cualquier situación de violencia machista.

No se puede disociar el papel de un maltratador como agresor y como padre. Es fundamental desmontar ese ideario que pretende separar ambos roles, ya que la violencia ejercida en el ámbito conyugal inevitablemente afecta también a los hijos e hijas, especialmente cuando se reportan testimonios como el del hijo menor de Juana Rivas, que dice haber sufrido malos tratos. Un maltratador no puede ser un buen padre.

La medida cautelar responde al temor fundado de que el niño pueda ser maltratado por su padre si regresa a Italia. Este caso se ha convertido en un símbolo de la lucha por los derechos de las víctimas de violencia de género y de los menores que sufren sus consecuencias. Juana Rivas ha luchado incansablemente por proteger a sus hijos, y este paso judicial representa un respiro en su largo camino de búsqueda de justicia.

La realidad es que hay maltratadores que mantienen las visitas con sus hijas e hijos. Esto pone de manifiesto la urgencia de revisar y reforzar las medidas de protección para los menores. La justicia tiene la responsabilidad de proteger a los más vulnerables, y en este contexto, es fundamental entender que la violencia machista no se detiene en el cárcel o en el ámbito conyugal. Cuando un padre es un agresor, ese comportamiento se convierte en una amenaza constante para sus hijos, tanto física como psicológicamente. Permitir que un menor regrese a un entorno donde existe el riesgo de maltrato es una negligencia imperdonable.

Esta medida cautelar es una victoria parcial, pero significativa, en la lucha contra la normalización de la violencia en las relaciones familiares. Desde el Colegio Oficial de Trabajo Social de Granada, hacemos un llamamiento a las autoridades para que continúen protegiendo a los niños y niñas que se enfrentan a situaciones de riesgo. La protección de la infancia debe ser siempre una prioridad, y esto incluye asegurar que ningún niño tenga que convivir con un agresor.

En situaciones de alto riesgo para un menor, intervienen equipos especializados de Tratamiento Familiar, quienes trabajan para garantizar la seguridad y el bienestar de los menores. Estos equipos son esenciales para ofrecer una respuesta adecuada y proteger a los niños de cualquier situación que ponga en peligro su integridad.

Nos solidarizamos con Juana Rivas y todas las madres que luchan por proteger a sus hijos de la violencia machista. Seguiremos trabajando y alzando la voz para que casos como este no se queden en la impunidad y que la protección integral de los menores sea una realidad tangible en nuestro sistema judicial.

Un maltratador nunca será un buen padre. Es una afirmación que debemos repetir, reforzar y hacer cumplir en cada rincón de nuestra sociedad. Por el bienestar de nuestros niños y niñas, es una verdad que no puede ser ignorada.