Verano, violencia y desprotección: cinco mujeres y un niño asesinados en solo 48 horas

Verano, violencia y desprotección: cinco mujeres y un niño asesinados en solo 48 horas

El horror se ha condensado en apenas dos días. En sólo 48 horas, cinco mujeres y un niño de tres años han sido asesinados en distintos puntos del Estado español por violencia machista. Getafe, Gijón, Algemesí, Las Palmas de Gran Canaria, Guadalajara… el mapa de los feminicidios sigue creciendo, y con él el silencio institucional, la desprotección estructural y la impunidad de quienes matan.

Desde el Colegio Oficial de Trabajo Social de Granada queremos expresar nuestra más firme denuncia ante esta oleada de crímenes que no son sucesos aislados, sino la expresión más brutal de un sistema que sigue fallando a las víctimas. No es casualidad que esta masacre haya tenido lugar justo al inicio del verano, una época en la que los recursos institucionales se debilitan, las agendas se vacían y las respuestas públicas se diluyen.

Durante los meses estivales, muchas profesionales se ven obligadas a doblar turnos o dejar de prestar servicios por falta de refuerzo. Se cierran puntos de atención, se ralentizan los procesos judiciales y se apagan los focos mediáticos. Mientras tanto, los agresores no descansan. Aprovechan ese desamparo para ejercer más violencia, convencidos de que nadie los está mirando.

Nos negamos a aceptar que cada verano se repita el mismo patrón de asesinatos con la misma falta de reacción. Nos negamos a callar mientras las mujeres mueren y los discursos negacionistas de la violencia de género siguen ganando espacio en las instituciones.

Las cifras no mienten: la mayoría de las mujeres asesinadas no habían denunciado. No porque no quisieran, sino porque sabían que no había suficientes garantías de protección. Sabían que muchas veces denunciar no salva, sino que expone más. Que la red institucional de apoyo es débil, precaria, fragmentada.

El trabajo social conoce bien este sistema roto. Somos quienes acompañamos, orientamos y sostenemos cuando todo falla. Y por eso exigimos una reacción inmediata: refuerzo real de los recursos en verano, campañas específicas de prevención y detección, presencia activa de servicios sociales, mecanismos ágiles y eficaces de protección. La vida de muchas mujeres depende de ello.

No es un verano más. No puede serlo. Cinco mujeres y un niño han sido asesinados. El resto, están vivas, pero muchas están solas. Y el Estado no puede permitirse mirar hacia otro lado.